Un soldado asustado se presentó ante Catón y le explicó que había tenido un sueño, que era un mal augurio, que se anunciaban desgracias... Catón le pidió que le explicara la pesadilla.
El soldado narró que un ratón había roído su sandalia, y eso presagiaba algo terrible.
Con gesto serio y tono grave, Catón contestó: "no te espantes. Mucho peor hubiera sido que tu sandalia devorase al ratón".
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