jueves, diciembre 30, 2021

Antigua Roma (LXVII): La última morada

Los parientes no debían alejarse hasta que finalizaba la cremación. Entonces recogían los huesos restantes, los lavaban con vino y los guardaban en una urna, que era depositada en una tumba. 
El epitafio incluía a menudo la descripción de la tumba y sus medidas, así como su exclusión de la herencia familiar para evitar cualquier disputa. 

No hay comentarios: