Pensamos que conocíamos a H. G. Wells como el pionero de la ciencia ficción... pero releer (o descubrir) su novela hará que nuestra certeza vacile. En este trabajo, el escritor revela su talento en el campo de la sátira y el humor.
Poco conocida y poco leída, la segunda novela de H.G.Wells recuerda que el padre de SF también era un satírico mordaz.
1.- Porque Herbert George Wells no es solo el padre de la ciencia ficción.
Al igual que Julio Verne aquí, Herbert George Wells (1866-1946) sufrió una notoriedad reductora. Se supone que es el padre de la ciencia ficción moderna, apenas es más leído que por sus dos obras más famosas, La máquina del tiempo (1895) y La guerra de los mundos (1898), a las que a veces se agregan, La isla del doctor Moreau (1896), El hombre invisible (1897) y Los primeros hombres en la luna (1901).
La celebridad de estas novelas también, y paradójicamente, ha tendido a hacerlas desaparecer de la memoria para ser reemplazadas por versiones "modernas", siendo la más reciente El hombre invisible (The Invisible Man), la película de Leigh Whannell estrenada el 24 de febrero de 2020, y que tiene solo en común con su ilustre predecesor su título. Pero Wells también es autor de otras cuarenta y cuatro novelas, muchos cuentos, libros populares y ensayos sociales.
2.- Porque durante su vida fue reconocido como un crítico social con visión de futuro, incluso profético, que dedicó sus talentos literarios al desarrollo de una visión progresista a escala global.
En un principio Wells estudió biología y sus ideas sobre cuestiones éticas se desenvolvieron en un contexto específica y fundamentalmente darwinista. También fue siempre un abierto socialista que a menudo (aunque no siempre, como al comienzo de la I Guerra Mundial) simpatizó con posturas pacifistas. Sus obras posteriores fueron cada vez más políticas y didácticas, dejando de lado la ciencia ficción, mientras que a veces indicaba en documentos oficiales que su profesión era el periodismo.
Una visita maravillosa (The Wonderful Visit, 1895)
La historia relata cómo un ángel pasa un poco más de una semana en el sur de Inglaterra. Al principio es confundido por un ave debido a su deslumbrante plumaje policromático, puesto a que "no era un ángel de sentimientos religiosos, ni tampoco desde una creencia popular" sino que era "un ángel del arte italiano."mComo resultado de esa confusión, fue cazado y recibe un dísparo en una de sus alas por un ornítologo aficionado, el reverendo K. Hilyer, vicario de Siddermoton, y posteriormente es llevado y cuidado por la vicaría. La criatura proviene de "la Tierra de los Sueños" (también el término del ángel para nuestro mundo), y que a pesar de ser "encantadoramente agradable," es "bastante ignorante ante los hechos más elementales de la civilización." Durante su breve visita crece cada vez más su descontento por lo que aprende sobre el mundo en general y en particular, hacia la vida en la Inglaterra victoriana. A medida que crece cada vez más su postura crítica hacia las costumbres locales, es denunciado finalmente como un "socialista."
Mientras tanto, el vicario, quién además es su anfitrión, es atacado por otros clérigos, vecinos e incluso por sus sirvientes por albergar a un personaje de mala reputación (nadie a excepción del vicario cree que proviene de otro mundo, y la gente suele llamarlo como "Señor Ángel"). El único talento que posee el ángel es tocar su violín divino, pero lo pierde durante una recepción acogida por Lady Hammergallow, cuándo este descubre que no puede leer su música y confía a una oyente que ha mostrado interés hacia los intereses de la sirvienta del vicario, llamada Delia. En vez de curarse, sus alas empiezan a atrofiarse. El médico local, el Dr. Crump, lo amenaza con encerrarlo en una prisión o en un manicomio. Después de que el ángel destruyera el alambre de púas de la propiedad del baronet Sir John Gotch, le da al vicario una semana para que lo expulse antes de inicie un procedimiento contra él.
El reverendo Hilyer está planeando con pesar el cómo llevar al ángel a Londres y tratará de establecerlo allí, mientras ambos incidentes aborten el plan. Primero, el ángel, quién "había estado respirando el aire venenoso de esta lucha por nuestra existencia durante más de una semana," golpea a Sir John Gotch con el látigo de este en un arranque de ira, porque este le había ordenado de manera irrespetuosa de que se largase de sus tierras. Angustiado de pensar (erroneámente) que asesinó a alguien, regresa al pueblo para encontrar la casa del vicario incendiandóse. Delia, la sirvienta, ingresa a la residencia en llamas en un intento de rescatar el violín del ángel: este acto extraordinario viene como una revelation al ángel. "Entonces en un instante lo vio todo, vio este sombrío mundo de batalla y crueldad, transfigurado en un esplendor que sobresalía de la Tierra Angélica, impregnando la repentina e insoportable gloria con la maravillosa luz del Amor y del Auto-sacrificio." Los intentos del ángel para rescatar a Delia, alguien parece para ver a "dos figuras con alas" brillando y desapareciendo entre las llamas, y una extraña música que "empezó y finalizó como la apertura y el cierre de una puerta" sugiere que el ángel ha vuelto a dónde vino, acompañado por Delia. Un epílogo revela que "no hay nada debajo" de las dos cruces blancas en el cementerio de Siddermorton que llevan los nombres de Thomas Angel y Delia Hardy, y que el vicario, quién nunca recuperó su serenidad después de la partida del ángel, falleció un año después de que ocurriese el incendio.
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