Al final de una representación de la obra de teatro de Ajoka sobre el poeta sufí Bulleh Shah, un anciano, acompañado por un niño, se acercó hasta el actor que había interpretado el papel del gran sufí. "Mi nieto no se encuentra bien, ¿podría bendecirlo?", dijo. El actor se sorprendió y contesto: "No soy Bulleh Shah, solo soy un actor que interpreta el papel". El anciano entonces contestó: "Hijo, no eres un actor, eres una reencarnación de Bulleh Shah, su Avatar".
Escrito por el dramaturgo pakistaní Shahid Nadeem
Instituto Internacional de Teatro ITI.
Organización Mundial para las Artes de la Escena.
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