Todos los días, un gran autor que ha escrito sobre epidemias nos da que pensar. Hoy, Albert Camus lo hace, en su famosa novela La peste, publicada en 1947, definir una posición moral frente al mal representado por la epidemia.
Hay que leer los Carnets de Albert Camus (1913-1960) para comprender La Peste, una famosa novela que con demasiada frecuencia se reduce a una metáfora fácil del nazismo. "La peste tiene un significado social y metafísico", escribe en sus cuadernos sobre este libro escrito bajo la ocupación alemana de Francia durante la II Guerra Mundial y que durante un tiempo pensó en llamar Los Separados. Y este sentido metafísico, la epidemia es su forma más pura: expresa el mal en el sentido filosófico. Invisible pero total, pone todo a prueba (miedo, solidaridad, fe) y coloca a todos ante el mismo desafío moral, hacia ellos mismos y hacia los demás.
¿Deberíamos resignarnos o luchar, a pesar de la magnitud de un mal que hace que cada acción humana sea pequeña y casi absurda? Es una "pésima lucha entre la felicidad de cada hombre y las abstracciones de la peste" que se dedica a este trabajo, la transición entre el primer ciclo de Camus en lo absurdo y el segundo en la revuelta.
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