domingo, julio 14, 2019

Antigua Grecia: Una dificultad añadida (CXLIV)

El griego común que se utilizó desde 300 a. de C.  hasta 500 d. de C. era una mezcla de diferentes dialectos griegos, entre los que predominaba el ático, que se denominaba koiné. Su uso se difundió por un amplio territorio, incluido Israel. Jesúa hablaba arameo y griego, y la tablilla que se colocó en la cruz con la acusación estaba en griego, hebreo y latín. El uso del koiné también se extendió por las tierras de Israel, donde comenzaron a utilizarse palabras griegas como "sinagoga". 




















El Nuevo Testamento, una de las partes de la Biblia, fue escrito en griego. San Jerónimo tradujo la Biblia al latín en el siglo V, y su versión -conocida como la Vulgata-, fue utilizada por la Iglesia católica durante quince siglos. Al traducir un párrafo del Evangelio de San Mateo (19:24), incluido en el Nuevo Testamento, San Jerónimo anotó: "es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entre un rico en el reino de Dios". San Jerónimo interpretó que la palabra kamelos significaba "camello", cuando se refería en realidad a una soga gruesa que se utilizaba para amarrar los barcos en los muelles. 

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