Sociedad y soledad
Traducción de Javier Alcoriza y Raúl Narbón
Pepitas de calabaza
Logroño
2019
256 págs.
Propagar esporádicamente los pensamientos, así como cultivar la sensibilidad, es el tipo de trabajo que correspondía al «escolar americano», desde que Emerson le dio carta de naturaleza en su célebre conferencia, un oficio tan necesario como la agricultura, cuyas condiciones también venían dictadas por el cielo. La casa de un hombre debe ser su hogar, leemos en «Vida doméstica», y representa un mundo para él. Emerson admitía, por otro lado, que la granja en que pensaba no era la granja con que conversaba. La soledad de la primera se relacionaría no frontal, sino diagonalmente, por las páginas escritas y leídas, con la sociedad de la segunda. Este es el trasfondo de las «eyaculaciones del alma» que recogen los doce capítulos de esta obra tardía de Emerson, Sociedad y soledad (1870), un verdadero reloj o año para medir e interpretar los actos de habla y escenas de aprendizaje registradas por el autor, con las que una joven república americana trataba de superar los difíciles momentos de su reconstrucción.
Ralph Waldo Emerson (1803–1882) fue un escritor, filósofo y poeta estadounidense. Conocido como fundador del Trascendentalismo, la escuela de filosofía surgida en los Estados Unidos durante el siglo xix, Emerson, que ejerció en su juventud como pastor unitarista, dio voz a sus ideas a lo largo de su dilatada carrera como conferenciante, jalonada por obras como Naturaleza, Ensayos, Hombres representativos y La conducta de la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario