
Esta nueva edición incluye las hermosas ilustraciones de Adolfo Serra, que acompañan los versos del poeta: “Todo lo aprendí de quien nunca fue amado: la nieve y el silencio y el grito de los bosques cuando muere el verano”.
Como el propio autor reconoce: “Ese título resume muy bien no solo la poesía sino toda mi obra. Creo, además, que es una redundancia: la memoria es como la nieve, escribes sobre ella, y mientras escribes se va derritiendo. Es como si siempre escribiera sobre la nieve, no sobre el papel”.
Su escritura está vinculada estrechamente a aquel paisaje perdido y reencontrado en su memoria. Como el propio autor señala: «Son símbolos de mi biografía: la nieve, los bueyes, las montañas, etcétera. Otros tendrían el mar, los cañaverales, el sol, como paisaje de su historia. Pero la mía es ésta, de esta simbología parte lo que digo, y surge lo mismo en prosa que en poesía. Ese título, resume muy bien no solo la poesía sino toda mi obra. Creo, además, que es una redundancia: la memoria es como la nieve, escribes sobre ella, y mientras escribes se va derritiendo. Es como si siempre escribiera sobre la nieve, no sobre el papel».
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