Autobiografía de un rostro
Traducción de Natalia Fernández
Pepitas de calabaza
Logroño
2025
216 págs.
Cuando tenía nueve años, a Lucy Grealy le diagnosticaron un tipo de cáncer conocido como sarcoma de Ewing. Contra todo pronóstico, logró sobrevivir, pero durante los siguientes años, y después de que le extirparan una parte de la mandíbula, tuvo que someterse a decenas de operaciones para intentar reconstruir su rostro desfigurado. Grealy aprendió entonces a vivir con las burlas o la compasión de los demás; aprendió a aceptar su imagen reflejada en el espejo; aprendió a crecer de una forma distinta a la del resto de adolescentes. Aprendió, en definitiva, a gestionar la diferencia y la indiferencia.
Estas memorias son el relato de los años de infancia en un suburbio de Nueva York, de los días de colegio, de la aparición de la enfermedad y el intento de normalizarla, de las travesuras en el hospital junto a otros niños enfermos, de la relación con padres y hermanos, de la llegada de la adolescencia y el descubrimiento de la vida.
Autobiografía de un rostro fue publicado originalmente en 1994, seis años antes de que Lucy Grealy muriera por culpa de una sobredosis de heroína. Por ser un testimonio enormemente sincero, narrado de forma brillante y sin un ápice de sentimentalismo, el libro recibió pronto el aplauso de la crítica y el público anglosajón. Grealy escribió, sin caer en el dramatismo o la autocompasión, un texto que nos interpela directamente —la búsqueda de aceptación propia y ajena, la relación con la familia y el entorno— y que parece por momentos envuelto en el ingenuo desenfado de la primera juventud.
Un pequeño tesoro de la literatura memorialista traducido ahora por primera vez a nuestro idioma.
Poeta y ensayista nacida en Dublín, Lucy Grealy (1963-2002) se mudó con su familia a las afueras de Nueva York antes de cumplir los cinco años. A los nueve le fue diagnosticado un sarcoma de Ewing que obligó a extirparle parte de mandíbula y marcó su vida para siempre. Grealy se licenció en el Sarah Lawrence College, donde descubrió su amor por la poesía, y cursó el prestigioso Programa de Escritura Creativa de la Universidad de Iowa. A lo largo de su vida trabajó como profesora de escritura creativa y publicó el poemario Everyday alibis y varios ensayos, inéditos en español. Recibió varios premios por su labor poética, entre otros el premio de la Academia de Poetas Americanos que le concedieron en dos ocasiones. En 1991 obtuvo una beca del Radcliffe College para completar su libro de memorias Autobiografía de un rostro. El libro fue publicado en 1994 y galardonado con el premio Whiting. Tras someterse a nuevas intervenciones quirúrgicas que reavivaron su lucha contra el dolor, Lucy Grealy murió el 18 de diciembre de 2002 a consecuencia de una sobredosis de heroína. Tenía 39 años.
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