Antigua Roma: Rumores (XXXIV)

Octavio Augusto llegó a Hispania en el año 26 a. de C., para dirigir en persona

la guerra contra los cántabros, ya que los rumores de una derrota se extendía por el Imperio. No fue muy afortunada su estancia.

Una plaga de ratas invadió el campamento, por lo que organizó un concurso de caza con premios para quienes obtuvieran más piezas.

Una tormenta lo sorprendió mientras paseaba en litera, y uno de los esclavos que la llevaban fue fulminado por un rayo. El emperador, histérico, decidió retirarse a Tarraco. 

Días después, los chismosos afirmaban que Octavio Augusto había sido la víctima del rayo. 

Augustus de Prima Porta, estatua de Octavio Augusto en el Museo Chiaramonti de la Ciudad del Vaticano. Octavio Augusto como victorioso. Posiblemente con motivo del triunfo en la batalla de Actium.