2020
304 págs.
Este libro es un ensayo sociológico envuelto en una crónica biográfica que discretamente asoma para poner rostro humano a lo sucedido. Hay cincuenta voces -algunas de personajes muy mediáticos- que narran su odisea; y otras cincuenta que aportan análisis, reivindicaciones y soluciones inteligentes. La España despoblada es una cuestión de Estado. Sin pueblos no hay futuro, pero tampoco para las ciudades. La crisis del coronavirus generó una mirada de agradecimiento hacia el mundo rural. Además del heroísmo del personal sanitario, la cadena de suministro alimentario se mantuvo por el esfuerzo de campesinos, ganaderos, transportistas y empleados de supermercados. Hubo emigración durante más de siglo y medio, desbordada en algunos períodos; ha habido abandono oficial, imperdonable, del mundo rural. Y un profundo declive demográfico. Pero hay también una creciente esperanza en la recuperación con miles de personas trabajando para revertir la situación. La revuelta de la España vacía, vaciada, o mejor, despoblada, logrará la dignificación de la vida en los pueblos sin tener que pasar por un conflicto como el de los chalecos amarillos.
304 págs.
Este libro es un ensayo sociológico envuelto en una crónica biográfica que discretamente asoma para poner rostro humano a lo sucedido. Hay cincuenta voces -algunas de personajes muy mediáticos- que narran su odisea; y otras cincuenta que aportan análisis, reivindicaciones y soluciones inteligentes. La España despoblada es una cuestión de Estado. Sin pueblos no hay futuro, pero tampoco para las ciudades. La crisis del coronavirus generó una mirada de agradecimiento hacia el mundo rural. Además del heroísmo del personal sanitario, la cadena de suministro alimentario se mantuvo por el esfuerzo de campesinos, ganaderos, transportistas y empleados de supermercados. Hubo emigración durante más de siglo y medio, desbordada en algunos períodos; ha habido abandono oficial, imperdonable, del mundo rural. Y un profundo declive demográfico. Pero hay también una creciente esperanza en la recuperación con miles de personas trabajando para revertir la situación. La revuelta de la España vacía, vaciada, o mejor, despoblada, logrará la dignificación de la vida en los pueblos sin tener que pasar por un conflicto como el de los chalecos amarillos.
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