martes, abril 21, 2015

23 de abril, Día del Libro

Esta semana (concretamente el jueves) se festeja el Día Internacional del Libro. ¿Por qué justo el 23 de abril? Porque es la fecha en que se dio una notable coincidencia. Ese día, en el año 1616, tres grandes pasaron a la inmortalidad literaria: Miguel de Cervantes, William Shakespeare (aunque bajo otro calendario) y el Inca Garcilaso de la Vega. Y esta celebración nos llevó a pensar en los libros por antonomasia: los eternos clásicos de la literatura.
"Yo he tratado más de releer que de leer", decía un Borges entrado en años. Según declaraba en entrevistas, hacía tiempo que había optado por revisitar textos ya leídos (evaluados en su momento y considerados piezas maestras), en vez de buscar nuevos méritos en otros por conocer. Lo más seguro es que coincidiera en esto con Ítalo Calvino, para quien los clásicos se definían, precisamente, por no agotarse en una primera (ni segunda, ni tercera) lectura. Así caracterizaba estas obras especiales el escritor italiano en su (ya clásico también) Por qué leer los clásicos.
  • “Un clásico es una obra que suscita un incesante polvillo de discursos críticos, pero que la obra se sacude continuamente de encima”.
  • “Los clásicos son libros que cuanto más cree uno conocerlos de oídas, tanto más nuevos, inesperados, inéditos resultan al leerlos de verdad”.
  • “Los clásicos son esos libros que nos llegan trayendo impresa la huella de las lecturas que han precedido a la nuestra, y tras de sí la huella que han dejado en la cultura o en las culturas que han atravesado (o más sencillamente, en el lenguaje o en las costumbres)”.
  • “Se llama clásico a un libro que se configura como equivalente del universo, a semejanza de los antiguos talismanes”.
  • “Es clásico lo que tiende a relegar la actualidad a categoría de ruido de fondo, pero al mismo tiempo no puede prescindir de ese ruido de fondo”.
Adaptado de boletines@librosenred.com

1 comentario:

Paola dijo...

También es Sant Jordi. En Cataluña. En el resto de España, San Jorge. Nombre bonito donde los haya :)

Gracias, papá, por enseñarme el buen hábito de la lectura.