La juventud de Martin Birk
Hjalmar SöderbergEdiciones Alfabia
Barcelona
2014
La juventud de Martin Birck es una novela de aprendizaje sobre el desencanto y el dolor ante la grieta que separa carne y espíritu. La protagoniza Martin Birck, un joven de Estocolmo que sueña con ser poeta, incapaz de liberarse de las ataduras de la sociedad burguesa a la que pertenece y a la que poco a poco acabará sucumbiendo. Asistimos al crecimiento y desarrollo de un joven a lo largo de un período de treinta años, desde una infancia idílica en Estocolmo hasta una madurez opresiva; desde la ingenua alegría de los primeros amores hasta el nihilismo más lúcido, desde las más altas aspiraciones al conformismo más atormentado. En efecto, estamos ante un libro rico en temas fin de siglo: abundan la melancolía, el erotismo y la decadencia.
Primera novela de Hjalmar Söderberg (2/07/1869, Estocolmo-14/10/1941, Copenhague), uno de los mejores escritores suecos de la historia, autor de clásicos del siglo XX como Doctor Glas y El juego serio y guionista habitual del cine de Carl Theodor Dreyer.
Fragmento:
Martin Birck era un niño pequeño que, acostado en la cama, soñaba. Era un atardecer de verano, verde y silencioso, y Martin caminaba de la mano de su madre por un gran jardín extraño, en cuyos caminos la sombra se adentraba cada vez más oscura. A ambos lados del camino crecían unas curiosas flores azules y rojas, de tallos finos, que se mecían al compás del viento. Fue y agarró de la mano a su madre y miró las flores con sorpresa, sin pensar en nada. “Solo puedes coger las flores azules, las rojas son venenosas”, dijo su madre. Entonces se soltó de su mano y se paró a arrancar una flor azul para ella, quería arrancar una gran flor azul que asentía seriamente con el talllo. ¡Qué flor tan extraña! La miró y la olió. Y volvió a mirarla con los ojos bien abiertos, con sorpresa: pero si no era azul, era roja. ¡Era completamente roja! ¡Y de un rojo tan desagradable, tan venenoso! Tiró la endiablada flor al suelo y la pisoteó como a un animal peligroso. Pero cuando se giró, su madre ya no estaba.
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