sábado, febrero 08, 2020

Libros: Ser bosques

Ser bosques

Emboscarse, habitar y resistir en los territorios en lucha

Jean-Baptiste Vidalou
Traducción de Silvia Moreno Parrado
Errata naturae
2020
280 págs.
Contra un tiempo de talas indiscriminadas, incendios mercantilizados, infraestructuras omnipresentes y matematización de los territorios, sólo cabe una respuesta: alcémonos y seamos bosques.
La civilización occidental se ha construido, piedra a piedra, sobre las cenizas de los bosques. Pero, además de ser devastados para obtener materias primas, los bosques también han sido arrasados porque, desde que hay memoria, fueron refugio de hombres y mujeres libres, herejes y resistentes, de todos aquellos que no se dejan gobernar.
Hoy en día, esa dinámica política y económica que sigue asolando las masas arbóreas se denomina «ordenación territorial», pero debe entenderse como una guerra de baja intensidad: contra los bosques, pero también contra los animales y las comunidades humanas que los habitan. Y que los defienden, muchas veces con su vida, pues no olvidemos que, más allá de los bulldozers, los gases lacrimógenos y las pelotas de goma de nuestras democracias, el asesinato de activistas medioambientales se ha duplicado en la última década.
 Para todos esos activistas, y para la parte de la sociedad a la que representan, el bosque es asiento de la comunidad, refugio temporal, lugar sagrado, amparo de lo salvaje. Por ello los campesinos mexicanos de Guerrero llevan quince años luchando contra la explotación industrial de aquel territorio; los tramperos del pueblo cree, en Canadá, defienden el bosque boreal contra la deforestación; los penan de Borneo se arman de cerbatanas contra las compañías de palma aceitera; en Renania, la resistencia se organiza para bloquear la extracción de lignito en uno de los últimos bosques primarios de Europa; la ZAD de Notre-Dame-des-Landes se enfrenta al Estado francés y sus leyes…
Por doquier se libran batallas en las que resuena una misma idea: el bosque no es un yacimiento de biomasa, ni una zona para el libre desarrollo de infraestructuras, ni una reserva de la biosfera, ni un sumidero de carbono. El bosque es un pueblo que se subleva, una defensa que se organiza, imaginarios que se intensfican. Hay bosque allí donde ya no se puede soportar la miseria existencial generalizada. Hay bosque allí donde somos bosques, allí donde somos ingobernables.
Jean-Baptiste Vidalou es un seudónimo, adoptado por el autor como homenaje a un héroe del pueblo que en el siglo XVIII luchó contra la deforestación y el acaparamiento de tierras llevados a cabo por Carlos X de Francia. Nuestro Vidalou es licenciado en Filosofía y activista medioambiental. Durante ocho años vivió retirado en el bosque de las Cevenas, donde participó en la lucha colectiva contra la construcción de la planta de biomasa de Gardanne. En la actualidad trabaja como maestro de obras fabricando muros de piedra seca en la región de Occitania.

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