Hipócrates era considerado uno de los mejores médicos de toda Grecia. En una ocasión, las autoridades de Abdera lo hicieron llamar porque uno de sus habitantes más famosos, el filósofo Demócrito, tenía una enfermedad grave; se pasaba los días y las noches pensando y afirmaba que era feliz así. Tras visitarlo y discutir con él, Hipócrates concluyó que lo único que pasaba era que estaba demasiado cuerdo.
Pieter Lastman (1583-1633: Hippocrate rendant visite à Démocrite, óleo. |
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