¿Mates para los hombres, Letras para las mujeres?
Enric Renau. Editor (09/06/2008)
Que el informe PISA indique que hay diferencias de resultados entre jóvenes de sexo masculino y femenino no hace otra cosa que ratificar la influencia de los condicionantes sociales sobre las competencias básicas individuales y, por consecuencia, sobre sus elecciones académicas y su carrera profesional.
Me sorprende que, en el siglo XXI, aún persistan los tópicos sobre el “género” de los estudios y las profesiones de ciencias y de letras, como si las mujeres hubieran nacido para la literatura y la poesía y los hombres para la ciencia y la tecnología.
¿La cocina es sólo cosa de mujeres? Preguntádselo a Ferran Adrià, Santi Santamaría o Juan Maria Arzak. ¿El deporte es sólo cosa de hombres? No se que nos dirían la nadadora Érika Villaécija, la piloto de trial Laia Sanz o la tenista Arantxa Sánchez Vicario. Y la presidencia política de un país… ¿está prohibida para las mujeres o los afroamericanos? ¿Notáis alguna diferencia entre un taxista o chofer de autocar masculino o femenino?
¿La cocina es sólo cosa de mujeres? Preguntádselo a Ferran Adrià, Santi Santamaría o Juan Maria Arzak. ¿El deporte es sólo cosa de hombres? No se que nos dirían la nadadora Érika Villaécija, la piloto de trial Laia Sanz o la tenista Arantxa Sánchez Vicario. Y la presidencia política de un país… ¿está prohibida para las mujeres o los afroamericanos? ¿Notáis alguna diferencia entre un taxista o chofer de autocar masculino o femenino?
Que el informe PISA u otros instrumentos de evaluación indiquen que hay diferencias de resultados entre jóvenes de sexo masculino y femenino no hace otra cosa que ratificar la influencia de los condicionantes sociales sobre las competencias básicas individuales y, por consecuencia, sobre sus elecciones académicas y su carrera profesional.
De mismo modo que no existe un gen ruso del ajedrez, ni un gen keniata para los maratones ni un gen estadounidense para el hip-hop, tampoco existe el gen masculino de la geometría o el gen femenino del soneto.
De mismo modo que no existe un gen ruso del ajedrez, ni un gen keniata para los maratones ni un gen estadounidense para el hip-hop, tampoco existe el gen masculino de la geometría o el gen femenino del soneto.
Los estereotipos sociales y culturales se reproducen, generación tras generación. A medida que las “tribus” se abren y reciben influencias de otros entornos, van aceptando visiones relativas que rompen moldes a los que la tradición esta acostumbrando. Romper los moldes es, a veces, un ejercicio social traumático, que desgarra estructuras de poder tradicionales y modifica el estatus quo, no sólo, entre hombres y mujeres, sino también, entre una sociedad tradicionalista y una sociedad basada en los méritos.
En nuestro mundo, sin embargo, los medios de comunicación no ayudan a cambiar los estereotipos. Aunque los telediarios se esfuercen en dar la versión oficial no sexista de las profesiones y de los estudios, las series de ficción y los programas de entretenimiento tienden, constantemente, a situar a los hombres, en un lado, y a las mujeres en otro. Aunque no lo parezca los massmedia y las modas son profundamente conservadoras, incluso en su dimensión más transgresora y provocativa.
En nuestro mundo, sin embargo, los medios de comunicación no ayudan a cambiar los estereotipos. Aunque los telediarios se esfuercen en dar la versión oficial no sexista de las profesiones y de los estudios, las series de ficción y los programas de entretenimiento tienden, constantemente, a situar a los hombres, en un lado, y a las mujeres en otro. Aunque no lo parezca los massmedia y las modas son profundamente conservadoras, incluso en su dimensión más transgresora y provocativa.
Tenemos que ser valientes, para el bien de todos. Mujeres y hombres.
Enric Renau
Editoreditor@educaweb.com
Un estudio niega el tópico que las mujeres tienen más dificultades con las matemáticas que los hombres
Redacción de Educaweb.com (16/06/2008)
Un estudio publicado en la revista Science ha revelado que las diferencias entre los dos sexos respecto a las matemáticas se reducen en las sociedades en las que las mujeres están más emancipadas. Este informe contradice la conclusión de que las mujeres tienen dificultades en matemáticas debido a sus características biológicas, corroborada por estudios como el Informe PISA de la OCDE, que muestra que las niñas puntuaron un 2% menos que los niños en pruebas numéricas.
Según el estudio publicado en Science las diferencias de rendimiento en matemáticas entre chicos y chicas son en realidad muy pequeñas, llegando a equipararse las puntuaciones en países como Islandia, Suecia y Noruega.
El informe incide en el origen social de los entrevistados. Según los investigadores, existe una clara relación entre la desigualdad en matemáticas (medida en 40 países) y los indicadores de emancipación como el llamado índice de desigualdad de género, definido por el Foro Económico Mundial para medir las oportunidades políticas y económicas, la educación y el bienestar de las mujeres.
Hasta ahora, muchos científicos atribuían la disparidad de los resultados a las diferencias biológicas y, aunque es cierto que existen diferencias cognitivas entre hombres y mujeres, no está clara su influencia en las habilidades matemáticas.
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