Tar. Una infancia en el Medio Oeste
Traducción de José Luis Piquero
Pre-Textos
Valencia
2023
336 págs.
Libro en el que el autor rememora episodios de su infancia y adolescencia, más o menos cronológicamente, que transcurren en ciudades o pueblos del Medio Oeste norteamericano. En el primero indica que hablará de sí mismo, pero que cambiará su nombre y se llamará Tar, apodo que tenía su padre, un hombre del Sur que combatió en la guerra de Secesión con el ejército del Norte. Tuvo distintos oficios y hubo de trasladarse de lugar varias veces pues, sin ser mala persona, era un hombre poco fiable.
Su hijo, el tercero de siete, comenta que su madre sobrellevó en silencio los muchos inconvenientes de su vida: en una ocasión escribe que entonces “las mujeres eran las fuertes. A veces mandaban por medio de gritos, a veces por medio de lágrimas, a veces por medio del silencio”, y este último era el estilo de su madre.
El narrador recuerda incidentes de distinto tipo en los que se revelan sus sentimientos de niño, aunque también hace notar cómo los observa desde su madurez. Habla de su mundo de deseos, en conflicto con lo que hacían sus hermanos mayores, y presenta momentos en los que su imaginación se desboca, por ejemplo, cuando imagina tumbarse en las vías del tren para que le pasase por encima sin tocarlo y poder después presumir de la hazaña. Una vez, a propósito de sus relaciones con un abusón del colegio, comenta: “Tar era entonces como fue toda su vida. Dejadle solo, dejadle pensar y fantasear y podrá trazar un plan perfecto para cualquier cosa. Eso era lo que más tarde le permitiría contar historias. Cuando cuentas historias puedes hacer que las cosas salgan bien”. Pinta personajes que conoció y su afán por conocer el mundo, en especial en la época en la que repartía periódicos por las casas.
Se suele decir que Sherwood Anderson (1876-1941) fue un escritor influyente, por su estilo y por sus contenidos, y que sirvió de modelo para muchos novelistas norteamericanos, como Richard Ford o Raymond Carver. También para Tobias Wolff, en el que yo he pensado cuando cuenta brevemente cómo hubo una temporada en la que odió a su padre; confiesa que más tarde llegó a comprenderlo.
Los comienzos de muchas escenas son magníficos, pues atraen el interés y centran el contenido de lo que leeremos a continuación. Uno, que da idea del ambiente habitual de muchos relatos, es este: “Ohio en primavera o verano, caballos de carreras trotando en un hipódromo, maíz creciendo en los campos, pequeños riachuelos en valles estrechos, hombres saliendo a arar en primavera, las nueces madurando en otoño en los bosques alrededor de una ciudad de Ohio”.
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