Los príncipes de Sambalpur
Traducción de Jofré Homedes Beutnagel
Salamandra
Barcelona
2022
416 págs.
Tras el éxito de El hombre de Calcuta, Abir Mukherjee nos ofrece Los príncipes de Sambalpur, la segunda novela de la serie Los casos del capitán Sam Wyndham, que ya cuenta con cinco libros en la versión inglesa, una adaptación televisiva y 400.000 ejemplares vendidos en quince lenguas.
El autor, un bengalí nacido en Escocia, abandonó las finanzas en 2014 para crear una pareja de detectives de la policía de Calcuta: el capitán Sam Wyndham y su ayudante, el sargento Surrender-not (Sarandranath) Banerjee. El primero procede de Scotland Yard, ha sobrevivido a las trincheras de Flandes y a un proyectil alemán que casi le descabeza, pero, más que las heridas físicas, le devasta la pérdida de su joven esposa. El segundo es un brahmán de familia rica, educado en Harrow, que ingresó con las máximas notas en la Policía Imperial, pero que por su condición de “nativo” sabe que no sobrepasará la escala de suboficiales.
La novela transcurre en 1920, cuando soplan vientos de cambio, y el sargento Banerjee aguanta estas injusticias porque intuye que no está lejos el día del pleno autogobierno de la India y piensa que el nuevo Estado necesitará contar con policías experimentados.
Los crímenes que resuelve esta pareja de detectives tienen múltiples ingredientes: políticos, sociales, económicos, religiosos, que la investigación no puede obviar, y que proporcionan a los lectores un conocimiento y una visión del Raj, el gobierno británico de la India, muy distinta de la de autores como Rudyard Kipling o P.C. Wren, que lo glorificaron.
En esta ocasión, el príncipe heredero del marajanato de Sambalpur es asesinado delante de Wyhdham y Banerjee por un santón de túnica azafranada que lleva una marca de Vishnú en la frente. Este fracaso en sus labores de escolta espolea a ambos policías a acompañar el cadáver del heredero hasta Sambalpur, pequeño protectorado dentro del estado indio de Orissa. Van a buscar la verdad, aunque tengan que lidiar con las intrigas cortesanas, las conspiraciones de harén, las luchas de facciones políticas y los entresijos de la economía del marajá.
Al igual que la anterior, esta novela es un cozy mystery: un relato de detectives que se desarrolla en espacios elegantes, cuyos investigadores son gentlemen y damas que jamás usan palabras malsonantes en los diálogos; novelas donde la violencia es limitada y que escriben con pudor cuando los detectives transitan por los albañales del vicio o de la corrupción. Una verdadera antítesis de, por ejemplo, las narraciones llenas de crímenes terroríficos de la literatura policiaca nórdica o de repetitivas novelas negras repletas de casquería manchando las paredes mientras los casquillos rebotan en el suelo. Abir Mukherjee ha escrito un tipo de novela más inteligente y agradable de leer.
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