Los anfiteatros tenían forma elíptica y estaban provistos de un gran toldo (velum) para proteger a los espectadores del sol. El anfiteatro Flavio, el Coliseo, tenía capacidad para unas 80.000 personas, que acudían para presenciar los diferentes espectáculos que se presentaban a diario. Algunos anfiteatros disponían de una maquinaria para inundar la pista central y convertirla en un lago artificial. El simulacro de una batalla nava histórica o mitológica (naumachia), que incluía el abordaje y el incendio de los barcos era uno de los espectáculos con mayor éxito.
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