martes, septiembre 04, 2018

Tres razones para releer el ciclo de Tom Ripley

Escritas por Patricia Higsmith y publicadas entre 1955 y 1991, las aventuras de este criminal con irresistible encanto han transformado el arte del suspense. Las cinco novelas en las que aparece: El talento de Mr. Ripley/A pleno sol (The Talented Mr. Ripley, 1955); La máscara de Ripley/Ripley bajo tierra (Ripley Under Ground, 1970); El juego de Ripley/El amigo americano (Ripley's Game, 1974); Tras los pasos de Ripley/El muchacho que siguió a Ripley (The Boy Who Followed Ripley, 1980) y Ripley en peligro (Ripley Under Water, 1991). Se conocen colectivamente como la Ripliad.
A continuación, les proponemos tres buenas razones para leerlas:

1.- Porque raros son los héroes a los que se puede adorar y detestar al mismo tiempo.

Más que un criminal, Tom Ripley es un ser amoral. No inmoral, amoral. Sin otra intención que la de manipular a su entorno, montar tortuosas maquinaciones y de estafar a sus compatriotas, asesinándolos si es necesario. ¿Nada menos recomendable? Cierto. Pero el personaje en sí mismo es a la vez, encantador, muy culto, amante del arte y, sobre todo, de una frialdad inigualable que lo hacen fascinante. ¿Bueno? ¿Malvado? Las etiquetas se borran, y la escritura casi blanca de Patricia Highsmith nos entrena sobre estas dos consideraciones.

2.- Porque a través de él, Patricia Highsmith a abierto una nueva senda en la novela policíaca.

La década de 1950 conoció dos transformaciones en la novela de suspense. En Francia, la pareja  Boileau-Narcejac no se interesa por el criminal, sino en las víctimas. En los Estados Unidos, Patricia Highsmith (1921-1995) no se interesa ya por resolver la cuestión ¿a quién ha matado?, sino por el asesino y su comportamiento. Este doble cambio de perspectiva revoluciona el género, que puede, a partir de ahora, dedicarse a componer retratos psicológicos extremadamente rebuscados. En este juego, Patricia Highsmith gana de calle. Las cinco novelas de la serie Ripley son ficciones de una finura y de una ambigüedad que eliminan todas las barreras entre los géneros. 

3.- Porque el cine está luchando por resucitar a Ripley, que por lo tanto ha abandonado los estantes de las librerías.

Ha sido el héroe de dos películas de lujo:
- La legendaria A pleno sol (Plein Soleil, 1960), película francesa dirigida por René Clément y protagonizada por Alain Delon (Tom Ripley), Maurice Ronet y Marie Laforêt, en la que aprovechaba los bellos y maquiavélicos rasgos del joven Alain Delon. Adaptación de la primera de las novelas.
- Después, diecisiete años más tarde, El amigo americano (Der Amerikanische Freund, 1977), dirigida por Wim Wenders con Bruno Ganz, Dennis Hopper, Lisa Kreuzer, Gérard Blain, quien lo arrastro a los Estados Unidos bajo la apariencia de un Dennis Hopper, menos glamuroso pero más maduro, más fatalista.
Algunas tentativas posteriores de revivirlo han sido infructuosas. A pesar del talento de Philip Seymour Hoffman, perfecto en su rol de rica víctima, y el de Matt Damon, un poco desdibujado, sin embargo, en papel de Tom Ripley. El talento de Mr. Ripley (The Talented Mr. Ripley1999) de Anthony Minghella no ha sabido reflejar el espíritu de los personajes novelísticos. 
Otras dos adaptaciones fueron:
- El juego de Ripley (Ripley’s game, 2002), de Liliana Cavani, inspirada en la novela homónima, con John Malkovich, tan ambiguo como se puede esperar. 
-Y Mr. Ripley, el regreso (Ripley Under Ground, 2005), dirigida por Roger Spottiswoode, interpretando al personaje Barry Pepper, un segundo papel un poco desequilibrado.
Razones que justifican, a nuestro entender, sobradamente la lectura de los libros. 

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