Los valles pasiegos
Las cuencas siempre verdes de los ríos Pas, Pisueña (Carriedo) y Miera responden a la perfección al estereotipo más difundido de Cantabria: valles intrincados, pastizales que se pierden tras las lomas de las montañas y gentes de carácter reservado. Estos tres valles, contiguos y hasta hace poco incomunicados entre si por carretera (hoy en día circular no es un problema, excepto en las fuertes nevadas invernales), han estado ancestralmente comunicados precisamente a través de las montañas que los dividen, por la trashumancia de sus pobladores, los pasiegos.
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