sábado, junio 16, 2018

Libros: Placeres y desórdenes


Placeres y desórdenes

Joy Division
Jon Savage, Mark Fisher, Servando Rocha, Eloy Fernández Porta, Germán  y Jorge Cano, Eduardo Guillot, Alberto Santamaría, Garikoitz Gamarra, Daniel Alonso, Antonio Arias, Mitzi Waltz, Martin James, Fruela Fernández.
Errata naturae
Madrid
2018
272 págs. 
La mayoría de los artistas se reservan en el escenario. Ian Curtis no. Ian Curtis, junto con los músicos que lo acompañaban, se arrojaba en cada actuación por un acantilado. Por eso Joy Division es memorable.
Un libro que hace justicia a uno de los grandes grupos de todos los tiempos.
Pocos grupos contemporáneos tienen una pervivencia tan poderosa y sin embargo tan paradójica como Joy Division. Pocas bandas ostentan una imagen tan singular y a la vez tan representativa de las transformaciones sufridas por la música popular. Casi cuatro décadas después de su desaparición de los escenarios, su difícil equilibrio sonoro sigue resonando en multitud de grupos actuales. Mientras tanto, los retratos de Ian Curtis han adquirido una densidad visual comparable a la de los grandes rostros del rock, respetado y banalizado a la vez, símbolo de pureza y de la gran máquina mercantil. Estas y otras contradicciones son las que explora este libro apasionante firmado por una docena de autores: escritores como Jon Savage, Mark Fisher, Eloy Fernández Porta o Servando Rocha; pensadores como Germán Cano y Jorge Cano o Alberto Santamaría; críticos musicales como Eduardo Guillot y músicos como Antonio Arias (Lagartija Nick), Garikoitz Gamarra (Ornamento y delito) y Daniel Alonso (Pony Bravo). Todos ellos nos hablan de Joy Division y New Order, la enfermedad y el éxito, la autenticidad y la mercantilización, Werther y compañía, una tumba en la cubierta de un disco y otra en un cementerio de Génova, capitalismo y territorio, el Manchester oscuro de los inicios y el Manchester luminoso de Factory, así como otros muchos opuestos.
Quizá sea cierto eso de que Love Will Tear Us Apart (El amor nos destrozará), pero también lo es que el amor por Joy Division, uno de los grupos más importantes del siglo XX, nos mantiene a muchos, de algún modo, unidos.

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