miércoles, julio 02, 2025

Templo de Karnak: El gran santuario de Amón (IV)

Los obeliscos de Egipto son auténticos símbolos de aquella civilización antigua y han generado fascinación en otras posteriores. Prueba de ello es que en la actualidad, algunos están repartidos por otros lugares del mundo, como Roma, París, Estambul o Nueva York. Y han servido de inspiración para la construcción de otros nuevos, en todos los casos como metáfora de poder, recuerdo eterno o libertad.
Los obeliscos de Egipto son grandes pilares de piedra con sección cuadrangular y forma de aguja que se solían instalar a la entrada de grandes templos. Se ha debatido mucho sobre su verdadero significado, aunque todo hace indicar que se trataba de algún tipo de símbolo solar, quizás a modo de rayos solares petrificados o como gesto de adoración al dios Ra. En sus caras se solían incluir jeroglíficos, a menudo con mensajes conmemorativos promovidos por faraones. Por lo general, formaban parejas y se empleaban diferentes tipos de piedra para su construcción, como granito, basalto o cuarcita. Una de sus grandes particularidades es que se realizaban en un solo bloque de piedra (monolitos).

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